Nació en Córdoba el 22 de octubre de 1883.
:”Ceder el puesto al enemigo, o callar cuando de todas
partes se levantan incesantes clamores para oprimir a la verdad, propio es o de
hombres cobardes, o de quien duda estar en posesión de las verdades que
profesa..” “Lo primero que el deber nos
impone, es profesar abierta y constantemente la doctrina católica y propagarla,
cada uno según sus fuerzas. Porque como repetidas veces se ha dicho, y con
muchísima verdad, nada daña tanto a la doctrina cristiana como el no ser
conocida; pues siendo bien entendida, basta ella sola para rechazar todos los
errores…”
“Por derecho divino la misión de predicar es decir, de
enseñar, pertenece a los doctores, esto es, a los obispos, que el Espíritu
Santo ha puesto para regir la Iglesia de Dios. Por encima de todo, esa misión
pertenece al Romano Pontífice, Vicario de Jesucristo, encargado con poder
soberano para regir la Iglesia universal como Maestro de la fe y de las
costumbres. A pesar de ello, no se debe creer que esté prohibido a los
particulares cooperar, en una cierta manera, a este apostolado, sobre todo si
se trata de hombres a quienes Dios ha otorgado, junto a los dones de la
inteligencia, el deseo de hacerse útiles.” (S.S.León
XIII Sapientiae Christianae; párrafos
20- 2
De sus primeros años |
La familia reunida |
A los 19 o 20 años-época de su primer libro "Alegre" |
De su libro Kahal |
Historia muy interesante del pueblo de Israel |
No trascribo el Prólogo entero Puedo agregar una opinión: recuerdo perfectamente que en mi juventud ,siempre recibíamos abiertamente a todo extranjero, tal como lo manifiesta Martínez Zuviría. |
Los
Principios, 17 de septiembre de 1933.
“Hugo
Wast “ es el gran novelista católico actual”. Con este título la revista
suiza “Schweizerische Rundschau” en su
número de agosto del corriente año, artículo de Augusto Ruegg, en el cual se
asigna al Dr. Gustavo Martinez Zuviría el Primer puesto entre los novelistas
católicos del mundo en estos días. El diario alemán de Ausburgo “Ausburger
Postzeitung” en su número del 23/8/1933 trae un breve resumen de dicho
artículo, el cual traducimos, dice así:
“Tres son
los títulos de gloria que ostenta el argentino Hugo Wast. Es él en primer lugar
el más grande de los novelistas de espíritu conscientemente católico, aunque al
mismo tiempo, exento de tendencias partidarias. En segundo término es el
narrador más leído y estimado en Sudamérica. Algunas de sus novelas han
alcanzado tirajes que sobrepasan los cien mil ejemplares. Su “Flor de Durazno”
puede gloriarse de tener millones de lectores. La mayor parte de sus libros
gozan de general aceptación en toda Sudamérica y en España.
Los
mejores de entre ellos se han traducido ya cuando menos a seis lenguas
europeas. Lo cual no significa poco para un escritor que aún no llega a los 50
años de edad.
Y en
tercer lugar no debe su popularidad a la moderna avidez por lo sensacional ni a
la explotación de instintos rastreros, sino únicamente a su notable talento de
narrador que, dentro de la mayor naturalidad, sin efectismo de técnica ni de
estilo, le ha permitido ir presentando a sus lectores, durante cinco lustros,
un libro por año.
Hugo
Wast es un seudónimo bajo el cual se esconde la personalidad del Dr. Gustavo
Martínez Zuviría, descendiente de una vieja familia vascongada; nació en
Córdoba en 1883, ciudad colonial y agrícola de una provincia de Argentina.
Especial mención merece el catolicismo de Wast. Pues no es cosa tan
fácil de entender el que un novelista tan moderno, tan conocedor del mundo y
que goza de favor tan universal, aún entre los lectores no católicos, haga tan
paladinamente profesión de católico.
Y
este catolicismo de Wast no es adorno estético, sentimental o humanitario ni
tampoco mera herencia tradicional y pasada de moda; no: es una energía vivaz,
activa y creadora. Tal manifiesta por ejemplo el hecho de que Hugo Wast haya
traducido una biografía de San Luis Gonzaga y escrito un libro en 2 tomos
acerca del Beato Don Bosco...
No
ponemos en duda, añade el Dr. Augusto Rúegg, en el mencionado artículo, el que
algún día será colocado Hugo Wast como novelista, en el mismo rango que
Manzoni, Walter Scott y Dickens, entre los clásicos del arte de narrar.
Hase hecho acreedor a semejante honra gracias
a la transparente claridad de su estilo, a la fluidez de su narración, a su
habilidad para describir tipos inolvidables y característicos de paisanos y,
finalmente a causa de la potencia de su imaginación poética con que, por manera
tan atractiva y convincente, ha plasmado el moderno problema de la vida, y en
especial la lucha entre la naturaleza grande y una civilización que se
desarrolla llena de vida y de pujanza.
Le
deseamos también entre nuestros numerosos lectores; tan sano manjar, como el
que ofrece Hugo Wast, no se encuentra fácilmente entre los modernos narradores.
Varias de sus obras, traducidas al alemán, han sido publicadas por la editorial
“Germania” de Berlín
Su seudónimo está sacado de su nombre GUSTAVO
= (H) UGO . (V) WAST
‘Los Principios, 25.10.1916.- “La Casa de los Cuervos”; Pocas novelas argentinas han obtenido un
éxito semejante. En 10 días la Primera
Edición de 3.000 ejemplares se ha agotado
SACERDOCIO
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Cuando se piensa... |
ASESCA rehabilita a Gustavo Martínez Zuviría (Hugo Wast) -de Wikipedia
El día 3
de mayo pasado, en forma injusta y sin fundamento alguno, fue eliminado el
nombre de Gustavo Martínez Zuviría de la Hemeroteca (por él fundada) en la
Biblioteca Nacional. Con el propósito de reivindicar y desagraviar al
novelista católico, conocido mundialmente con el seudónimo de Hugo Wast, la
Asociación de Escritoras y Publicistas Católicas Argentinas (ASESCA) envió a
AICA para su difusión una nota escrita por una integrante de su comisión
directiva, la doctora Inés Futten de Casagne, cuyo texto es el siguiente:
Gustavo
Martínez Zuviría (1883-1962)
“La Argentina ha sido fecunda en afamados escritores; algunos de ellos
también han sido grandes escritores.
“Pocos, sin embargo, pueden exhibir una vida en el arte
literario, la función pública y el testimonio católico, que se asemeje a la
de Gustavo Martínez Zuviría, quien, con la publicación de su novela Flor de
Durazno (1911), comienza a ser conocido como Hugo Wast. A la fecha de su
muerte, la mayoría de sus obras había merecido decenas de ediciones y
traducciones a más de 15 idiomas. Unos 3 millones de ejemplares testimoniaban
por entonces la simpatía que principalmente sus novelas despertaban en un
público de edades y condiciones muy variadas, en el país y en el mundo. La
cifra se incrementa considerablemente con los años, pues su obra sigue
editándose en la Argentina y en varios países.
“Su talento de novelista fue premiado
con la Medalla de Oro de la Real Academia Española, con el Gran Premio
Nacional de Literatura y con el Premio del Ateneo Nacional de nuestro país.
“Su valía de intelectual y escritor,
particularmente esmerado en su cuidado de la lengua, se refleja en su acceso
a la Academia Argentina de Letras, a la Academia de Bogotá (Colombia) y a la
Real Academia Española.
“Otras notables condecoraciones y distinciones atestiguan el aprecio
intelectual y humano que despertaba Martínez Zuviría, por sus obras y por la
consecuencia de vida e ideas.
“Hondas convicciones políticas y
culturales lo llevaron a ocupar diversos cargos públicos en el ámbito
nacional y provincial, el más extenso de los cuales fue el de Director de la
Biblioteca Nacional, en el que fue nombrado en 1931 y del que sería despojado
en 1955. Entre sus aciertos en la Biblioteca, se consigna el haber duplicado
los 300.000 ejemplares que había en ella al asumir.
“Sus obras, más de 40 títulos, abarcan
todos los géneros literarios. Ensayo, poesía y teatro se cuentan entre sus
composiciones. Con todo, será su ágil talento para la composición de
caracteres y situaciones en novelas inolvidables, el que le ganará un lugar
que no puede ser corregido entre los novelistas que representan al “Desierto
de Piedra, Tierra de Jaguares, Myriam la Conspiradora, Año X, El Jinete de
Fuego, Valle Negro, Juana Tabor o Las Aventuras de Don Bosco, son
apenas algunas de esas creaciones memorables, por las cuales Hugo Wast ha
obtenido un puesto en la literatura argentina y en la vida cultural y
política del país del que no puede ser exonerado”.
Comunicado del Instituto Hugo Wast
Por su parte, al enterarse del agravio a la memoria del ilustre escritor, el
Instituto Hugo Wast difundió el 5 de mayo pasado, el siguiente comunicado:
“Informamos con consternación que
el nombre de Gustavo Martínez Zuviría ha sido despojado de la Hemeroteca de
la Biblioteca Nacional, entidad que nuestro patrono fundó cuando era su director
entre 1931 y 1955.
“El anuncio de la medida fue efectuado por
el diario Página 12 el viernes pasado (30 de abril) en un artículo escrito
por el actual director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, y
consumado el lunes 3 de mayo. (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-144812-2010-04-29.html)
“Leyendo cuidadosamente su escrito no se
puede encontrar una razón concreta en que se fundamente esta medida
arbitraria y sin parangón en el ámbito de la cultura. Sí se puede distinguir
con claridad la presión a la que este hombre ha sido sometido durante los
cinco años de su gestión. Expresa González el reclamo continuo hacia él “de
la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados —en dos oportunidades—, de
importantes intelectuales de nuestro país y del exterior y de instituciones
vinculadas con la memoria del Holocausto”.
“Vemos aparecer acá el espíritu anticristiano de quienes no cesan de
perseguir “a todo aquello que da verdadero testimonio de Cristo Jesús”. No es
esta la primera vez que sucede ni será la última.
“Gustavo Martínez Zuviría ha sido
condenado y perseguido por haber escrito El Kahal–Oro, bajo el pseudónimo de
Hugo Wast, setenta y seis años atrás. Esta novela se basó en las actas de los
Kahales judíos de Rusia de finales de 1800 revelados al Zar Nicolás I por el
hebreo Jacobo Bronfman. Estas actas llevaban cuenta de una verdadera sociedad
secreta paralela y hostil a la sociedad cristiana de esa nación. Pero lo
realmente imperdonable en Hugo Wast a los ojos de sus perseguidores consiste
en que el protagonista de esta novela, de origen judío, se convierte al
catolicismo. De la misma manera que Bronfman se convirtió al cristianismo en
la vida real.
“No resiste un análisis serio la acusación
de antisemitismo contra Hugo Wast, quien adoró hasta su último día a su Señor
y Salvador Jesucristo, hebreo en su naturaleza humana y veneró a su Santísima
Madre, la Virgen María, nuestra dulcísima doncella judía y perseveró en su
devoción a todos los primeros santos y mártires cristianos, casi todos ellos
judíos, que con su celo y su sangre nos transmitieron la fe.
“Hugo Wast no profesaba enemistad
hacia los judíos como sus detractores señalan porque esto es inaceptable para
un católico sino que combatió a los enemigos de la Iglesia sin temer las
consecuencias, porque su fe era fuerte, su amor grande y su coraje admirable.
“Tampoco era “nazi” porque El Kahal–Oro fue
prohibido en la Alemania nacional socialista. Toda su obra literaria está
impregnada de adoración y alabanza a Jesucristo y sus enseñanzas de amor al
prójimo.
“Su acción política se desarrolló en
consonancia con esto y fue coronada con la reimplantación de la enseñanza
religiosa católica en las escuelas públicas, que eximía a los no creyentes de
esta asignatura. El pueblo argentino aprobó en un 94% este mandato, reflejado
en las posteriores indagaciones públicas que se hicieron. Esto tampoco se le
perdonó.
“Estamos ante un acto injusto,
uno de los tantos que se cometen en esta persecución creciente contra todo
aquello que sea de Cristo. Hoy vienen a por esto y mañana vendrán a por otras
cosas aún más entrañables a nosotro
“De la misma manera que sucedió en el pasado cuando
se le quitó el nombre de Gustavo Martínez Zuviría a esta Hemeroteca, que
luego fue repuesto por la decidida intervención de monseñor Héctor Aguer, no
aceptamos este nuevo atropello y exigimos la reposición de su nombre.
“La obra y la figura de Hugo
Wast son patrimonio de la cultura nacional y por lo tanto no es aceptable que
ideologías o intereses sectarios circunstanciales decidan arbitrariamente
sobre su destino en desmedro de millones de argentinos consubstanciados con
sus ideas”
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Dibujo de Marcelo Martínez Zuviría- faltaría agregar "se lo designa el primer novelista católico del mundo el 17.9.1933-Colaboración de su hija Magdalena Martínez Zuviría de Roman
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Este homenaje sale unos días atrasados, no por olvido sino por falta de tiempo. Fue Gustavo Adolfo ejemplo sin tacha; se cumplió en él el deseo repetidamente manifestado por San Pío X de que más importante que edificar templos o abrir escuelas, era preparar, profundamente adoctrinados, laicos apóstoles.
El atraso me llevó a realizar este trabajo entre el día de Todos los Santos y el de los Fieles Difuntos.